Llegamos a la última parte del análisis de las claves de la comunicación y oratoria aplicadas en el discurso que Donald J. Trump pronunció en su toma de posesión como 47º presidente de los Estados Unidos de América.
En la primera parte realizamos una aproximación a la oratoria de Trump, a la estructura del discurso, clave para resultar comprensible por parte de la audiencia, y a dos momentos concretos: inicio y final, utilizados para captar la atención y resultar memorable a través de las emociones.
En la segunda parte, de la mano de la psicóloga de Kairós Comunicación, Teresa Pascual, analizamos dos de las cuestiones más relevantes en la persuasión y liderazgo: la comunicación no verbal y la comunicación emocional. Dos aspectos fundamentales para dar más fuerza a nuestras palabras y mensajes, generando así un mayor impacto con nuestras intervenciones.
Por último, en esta tercera y última aproximación al discurso del nuevo presidente de EEUU, vamos a centrarnos en las figuras retóricas presentes en el discurso de los que el orador puede servirse para hacer más comprensibles algunos mensajes y dotarlos de mayor fuerza, y en algunos elementos que se utilizan para intentar reforzar la figura propia del orador, su autoridad, lo que Aristóteles denominaba ethos.
Continuamos con el numerario de los artículos precedentes:

6. Figuras retóricas
El uso de las figuras retóricas en los discursos es un recurso muy potente ya que permiten destacar una idea, hacerla más comprensible, generar más impacto, despertar una emoción o, simplemente, embellecer un texto. Otro presidente americano, John F. Kennedy adornaba mucho sus intervenciones con este tipo de recursos, tal y como explicamos en el artículo que escribimos con motivo del 60 aniversario de su asesinato.
En este discurso de Trump, que como ya hemos mencionado en los artículos anteriores, es un discurso muy formal y encorsetado a la institucionalidad del acto, en el que el orador se limita a leer íntegramente el texto del teleprompter, se pueden apreciar diversas figuras retóricas que ayudan a Trump a conseguir los objetivos enumerados en el párrafo anterior.
Veamos algunas de las principales figuras literarias utilizadas por Donald J. Trump en su discurso:
Quiasmo. Habiendo mencionado a JFK, vamos a comenzar destacando una de las figuras retóricas más llamativas, y que pertenece al ámbito de la repetición: el quiasmo. Esta figura consiste en repetir una estructura sintáctica, pero en orden inverso. En lugar de repetir AB-AB, la estructura es AB-BA.
En el caso de Kennedy el ejemplo más claro es esa frase universal y eterna: “No te preguntes qué puede hacer tu país por ti. Pregúntate qué puedes hacer tú por tu país”.
En el caso del discurso inaugural de Trump, encontramos esta figura cuando se refiere a políticas fiscales y dice: “En lugar de gravar a nuestros ciudadanos para enriquecer a otros países, gravaremos a otros países para enriquecer a nuestros ciudadanos”.
Isocolón. Continuando con las figuras de repetición, encontramos en este caso una consistente en la igualdad en la longitud silábica de varias partes o secuencias. Todas las figuras de repetición permiten añadir ritmo para dar más fuerza al mensaje, destacarlo y generar más impacto, por lo que resulta más memorable. También permiten, de forma eficaz, resaltar la idea principal ya que centran la atención de la audiencia en una palabra o mensaje.
Encontramos esta figura en la parte final del discurso de Trump:
Seremos prósperos. Estaremos orgullosos. Seremos fuertes y ganaremos como nunca antes. No nos conquistarán. No nos intimidarán. No nos doblegarán y no fracasaremos. A partir de hoy, los Estados Unidos de América serán una nación libre, soberana e independiente. Nos levantaremos con valentía. Viviremos con orgullo. Soñaremos con audacia y nada se interpondrá en nuestro camino porque somos estadounidenses. El futuro es nuestro y nuestra edad de oro acaba de empezar.
Como se puede apreciar, repite en varias ocasiones las mismas estructuras, lo que genera -acompañado de un incremento de la velocidad, tono y palabras más marcadas- un crescendo que tiende a aumentar la intensidad emocional del discurso en la audiencia.
En este otro caso: “No olvidaremos nuestro país. No olvidaremos nuestra constitución. No olvidaremos nuestro Dios”, también utiliza la figura de gradación, que consiste en ordenar varios términos o estructuras, en orden ascendente.
Además, en ambos ejemplos combina esta figura con otra de las más típicas y comunes: el tricolón o tirada.
Tricolón. Resaltamos esta figura en el análisis que realizamos sobre las lecciones de comunicación de Apple que puedes incorporar a tus presentaciones. El tricolon consiste en un conjunto de tres unidades lingüísticas colocadas de forma sucesiva. Seguro que conoces algunas de estas figuras, como la famosísima “sangre, sudor y lágrimas” de W. Churchill. Dividiendo en tres (y no más) la argumentación, se facilita que nuestra audiencia la retenga en su memoria a corto plazo, convirtiéndola en más comprensible y memorable.
Trump lo utiliza en muchos pasajes del discurso, pero destacamos dos ejemplos:
“Trabajaremos para hacer frente a cada crisis con dignidad, poder y fuerza”
“América reclamará su legítimo lugar como la nación más grande, más poderosa y más respetada de la tierra”
“Se pondrá fin al armamentismo despiadado, violento e injusto del Departamento de Justicia y de nuestro Gobierno”
Metáfora. Esta figura consiste en aplicar una analogía o semejanza entre dos ideas y conceptos, para hacer más comprensible un menaje, visible y dotarlo de más fuerza persuasiva. Por ejemplo, Trump la utiliza al decir “nuestro país florecerá” o “una marea de cambio está barriendo el país”.
Hipérbole. Por último, vamos a resaltar la que quizá sea, por excelencia, la más característica de Trump, la hipérbole. El político estadounidense utiliza en cada intervención esta figura. La explicación, podemos encontrarla en su libro “The Art of the Deal”, en el que escribe:
“La clave de mi manera de promocionar es la valentía. Juego con las fantasías de la gente. Las personas no siempre piensan en grande, pero aun así pueden entusiasmarse mucho con quienes sí lo hacen. Por eso, una pequeña hipérbole nunca viene mal. La gente quiere creer que algo es lo más grande, lo más grandioso y lo más espectacular. Yo lo llamo hipérbole veraz. Es una forma inocente de exageración y una forma de promoción muy eficaz”.
En este discurso hemos encontrado varias. Destacamos algunas:
“Para los ciudadanos estadounidenses el 20 de enero es el Día de la Liberación”
“Estas elecciones serán recordadas como las más importantes de la historia”
“Después de todo lo que hemos pasado, viviremos los cuatro mejores años de nuestra historia”
“Estados Unidos tiene la oportunidad de aprovechar esta oportunidad como nunca antes”
“Volveremos a construir el ejercito más fuerte que el mundo jamás haya visto”
Como vemos, y en relación a las mociones a las power words que utiliza Trump, utiliza este tipo de figura para realizar una descripción con más fuerza persuasiva de cara a su electorado. Aunque es una figura muy peligrosa, ya que la exageración -vista desde el punto de vista de la audiencia- resta credibilidad al orador.

7. Ethos: autoridad y figura del orador
Para finalizar, vamos a analizar algunas de las cuestiones que Trump utiliza para conectar y convencer a su audiencia, conseguir su apoyo, no por argumentos o medidas, sino por su propia persona. Es algo que ha intentando durante toda su carrera política, principalmente al principio erigiéndose como hombre exitoso de negocios.
Si trabajamos juntos, no hay nada que no podamos hacer ni ningún sueño que no podamos alcanzar. Muchos pensaban que era imposible que yo protagonizara un regreso político tan histórico. Pero como ven hoy, aquí estoy, el pueblo estadounidense ha hablado.
Me presento ante ustedes como prueba de que nunca deben creer que algo es imposible de hacer. En Estados Unidos, lo imposible es lo que mejor sabemos hacer.
Niños que sueñan con su futuro, yo estoy con ustedes. Lucharé por ti y ganaré por ti. Vamos a ganar como nunca antes
En los últimos ocho años, he sido puesto a prueba y desafiado más que ningún otro presidente en nuestros 250 años de historia, y he aprendido mucho por el camino. El viaje para recuperar nuestra república no ha sido fácil, eso puedo decírselo. Quienes desean detener nuestra causa han intentado arrebatarme la libertad y, de hecho, arrebatarme la vida. Hace solo unos meses, en un hermoso campo de Pensilvania, la bala de un asesino me atravesó la oreja, pero sentí entonces y creo, aún más ahora, que mi vida fue salvada por una razón. Dios me salvó para hacer a Estados Unidos grande de nuevo.
Como se puede apreciar, en estos ejemplos lo que Trump pretende es reforzar su autoridad respecto a la audiencia, conseguir que le apoyen no por lo que dice, sino por quien es. Esta es una de las claves fundamentales de la comunicación, los que los profesionales persiguen con la marca personal, que se debe trabajar para reforzar su autoridad, su credibilidad y su imagen, lo que resultará más influyente y persuasivo.
Además, es importante tener claro que en esta imagen de autoridad del orador influyen muchas cuestiones que refuerzan su “marca personal”, como que resulte comprensible, la propia imagen que proyecta, su reputación, la comunicación no verbal que proyecta, la percepción que transmite el receptor, y un largo etc. Es decir, que en este campo importantísimo influyen cuestiones que van más allá de la propia palabra y siempre recomendamos en este ámbito a Francisco Torreblanca, experto en marketing y premio a la mejor marca personal de España en 2023.
Estas elecciones que han concluido con este discurso, han sido un ejemplo de ello. En un reciente artículo analizábamos la importancia de esta cuestión relacionado con Biden.
En conclusión, decía Aristóteles que un orador debe de ser creíble, comprensible, oportuno y memorable, como los 4 pilares de la persuasión, y durante estos tres artículos hemos tratado de desgranar algunas de las técnicas encaminadas precisamente a apuntalar estos pilares en tu comunicación.
Esperamos que te sirvan de ayuda.
Gracias por acompañarnos y dedicar tu tiempo a nuestros análisis.
Nos leemos en el próximo.

Foto portada: SACHA LECCA. ROLLING STONE